Desde hace unos años, he sido relegado de ciertas funciones relevantes a otras menos vistosas. Cuestión de edadismo, aunque no lo reconozcan. Pero a estas alturas de la «película», tampoco me preocupa en exceso.
Ana, mi jefa, tiene catorce años menos que yo. Es una mujer muy preparada y solvente y aunque nuestra relación comenzó regular, porque -en mi opinión- entró en la empresa como elefante en cacharrería, ahora, pasados cinco años, nos llevamos muy bien, con respeto y aprecio no exento de complicidad.
Estamos contratando a jóvenes para un nuevo proyecto y Ana, me indicó que quería que estuviese presente en las entrevistas, porque valoraba mi “intuitivo” punto de vista. La Dirección de Recursos Humanos había hecho dos cribas consecutivas y quedaron solo seis candidatos(as).
Finalmente, la empresa contrató a la candidata que propusimos, una chica de treinta años, que nos contó con esmero sus estudios y experiencia. Se la veía desenvuelta y su actitud positiva y sus ganas nos llamaron mucho la atención.
Un par de semanas después, cuando Ana y yo nos dirigíamos a tomar un café, otro compañero llamado Félix, nos dijo que había conocido a la candidata elegida, que parecía muy bien preparada, aunque -y aquí vino la sorpresa- estaba un poco gordita.
La cara de Ana cambió de inmediato, y aunque intenté adelantarme a ella, no lo conseguí, y se despachó a gusto, porque sus desavenencias con Félix eran diarias,
-No entiendo que tiene que ver su peso para ser una buena profesional, y disculpa pero, me llama poderosamente la atención que lo digas precisamente tú, que te coges la polla a tientas cuando vas a mear, porque no la puedes ver del barrigón que has echado…
Félix, sorprendido y desconcertado, contestó,
-No os imagináis las ganas que tengo de perderos de vista.
No pude evitar soltar una carcajada, mientras le decía a Ana que había estado espectacular.
Ana me devolvió la sonrisa y me dijo,
-Vamos. Hoy invito yo al desayuno.
Imagen de -Rita-👩🍳 und 📷 mit ❤ en Pixabay
Patricia dijo:
A veces sólo es torpeza,pero sí comentarios zafios e impertinentes se suceden en cualquier vuelta de esquina,está perfecto que alguien le ponga coto a esas espantás. 😉👏🏼👏🏼
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Sabius dijo:
Hay torpezas y … torpezas y algunas tienen bastante mala leche y deben ser respondidas con igual moneda a ver si los torpes, lo pillan 🙄 Un abrazo Patricia.
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Priti dijo:
Beautiful story! At last Ana became happy 😁
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Sabius dijo:
That’s right and as we say in Spanish, Ana «se quedó a gusto» 🙋♂️ abrazo
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Priti dijo:
💐
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BDEB dijo:
Completamente de acuerdo con Ana, demasiado nos fijamos en el aspecto físico y poco en los más importantes.
Un abrazo Sabius.
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Sabius dijo:
Exactamente, pero se entiende que en un entorno profesional, eso debería estar ya superado. Y por lo visto, no siempre es así. Un abrazo.
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beauseant dijo:
Por desgracia el aspecto físico sigue pesando demasiado, la ropa que llevas, el contenido de tu cartera.. demasiadas cosas nos entran por los ojos…
La respuesta de Ana, simplemente perfecta 🙂
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Sabius dijo:
Así es y no olvides los tatuajes. Por los ojos entran muchas cosas, pero la valía de una persona tiene por suerte, otros parámetros, menos evidentes pero mucho más importantes. Un abrazo.
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orededrum dijo:
❤
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Sabius dijo:
Gracias por tu visita. 💚 un abrazo
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Eva dijo:
Llevamos muchos prejuicios en nuestro subconsciente, incluso los que pensamos que no los tenemos, también los tenemos. Es bueno ser conscientes de ellos y no dejarlos pasar cuando los observamos en otros, como hizo en este caso Ana, aunque te confieso que me hubiera gustado que Félix hubiera reflexionado sobre lo gratuito de su comentario lo que, tal y como lo cuentas, parece poco probable.
Estupendo relato, real como la vida misma, para pensar y repensar.
Que tengas una estupenda semana Sabius, un abrazo
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Sabius dijo:
Dudo que el tal Félix sea capaz de reflexionar. Hay gente cerrada y cerril. Frente a los prejuicios está la opción de dar la oportunidad a que las personas se expresen, sin importarnos cuestiones banales que no son importantes para desarrollar un trabajo. Lo malo es que la historia es real, y como ésta habrá bastantes más. Hemos avanzado mucho como sociedad, pero aún nos queda recorrido. Un abrazo Eva.
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Consumidempobreceos dijo:
Dice el esposo de mi hija, que nosotras le metemos mucha jerga a todas las palabras¡ ¿porqué no somos simples? Yo extraño la simpleza de muchas cosas, pero me gusta la complejidad de nuestras palabras, porque nos evitan otro tipo de problemas. Te comento esto, porque no entendí… Abrazo.
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Sabius dijo:
Creo que el esposo de tu hija tiene razón. Las mujeres a menudo sois complejas por lo que decís y por vuestro propio carácter. Pero te confieso que yo amo esa complejidad. ¿no entendiste? ¿el sentido del texto? Un abrazo.
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Consumidempobreceos dijo:
Releí y se lo que no entendí. Antes me preocupaba el edadismo y me doy cuenta que la edad te genera habilidades muy importantes. Criticamos por la forma y el fondo se jode. Abrazo 🤗 todo bien.
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Sabius dijo:
La edad nos va haciendo expertos en muchas materias 😉 otro abrazo
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Una mirada... dijo:
¿Cómo era aquello de la paja y la viga…? Pues en ello andamos, laxos con lo propio y exigentes con lo ajeno. Lo que cuentas no es baladí porque mantiene su vigencia por mucho que se farde de no caer en los prejuicios. Quizás si el tal Félix (y su barriga cervecera) se viera en la necesidad de concurrir a una entrevista de trabajo ante alguien con los mismos «principios» que él, tendría una sobredosis de la medicina que aplica a la compañera.
Bien por Ana (y por Sabius, claro).
Cordialidades.
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Sabius dijo:
No hay nada como probar la propia medicina. En todo caso, como eso parece poco probable, creo que la respuesta contundente de Ana, le habrá hecho reflexionar al cazurro. La exigencia de lo ajeno no nos exime de lo nuestro. Y una buena dieta veraniega le vendría de perlas a Félix. O eso, o callarse la boca. Un abrazo.
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excusatio dijo:
No me resigno a que triunfe una escala de valores basada en el físico. Los cuerpos danone no sirven para mejorar el mundo. Solo alimentan el ego de los estúpidos.
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Sabius dijo:
Lo malo es que hay parte de nuestro entorno, que se rige por esa discutible escala de valores, en la que la tontería roza el primer puesto. Como bien apuntas, se trata del ego de los estúpidos, no se puede decir más claro. Un abrazo.
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marylia4 dijo:
Una respuesta adecuada a un machismo impenitente que existe en el día a día. Genial. Un abrazo, amigo.
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Sabius dijo:
Un machismo nada residual que se maneja a su antojo, bajo el epígrafe de «era una broma» o «tampoco es para tanto». Excelente respuesta de Ana, sin la menor duda. Un abrazo Marylia.
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azurea20 dijo:
Ay. Cómo se atreve el machirulo Félix a hablar de «gorduras» si su barriga le estalla el pantalón. Lo sé porque todos los días pasa por mi puerta.😂😂😂
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Sabius dijo:
Pues sabrás que no se ve ni la pxxx ni los pies 😂😁😂
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azurea20 dijo:
Muy bien por Ana. Un abrazo, amigo Sabius.
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Sabius dijo:
Pero que muy bien por ella. Un abrazo Azurea
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Montse dijo:
A veces hablan los que deberían callar. Muy buena la reacción de tu jefa.
Muchos besos.
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Sabius dijo:
Es bastante habitual en diversos ambientes. Lo de la paja en el ojo ajeno en vez de la viga en el propio. Excelente reacción de Ana. Un abrazo Montse.
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