Pedro era asalariado del taxi y a base de echar horas, consiguió un sueldo que le permitía cubrir las necesidades básicas.
Los clientes eran variopintos. Había gente que no quería hablar y otros que no paraban de hacerlo. Igual llevaba a ejecutivos camino del aeropuerto, que a jóvenes que terminaban su juerga nocturna, a abuelitos que iban a ver a sus nietos, y a parejas en pos de una cita amorosa.
Hace apenas una semana, en una noche desapacible y fría, una cliente le dio una dirección desconocida.
Al introducirla en el GPS, Pedro confirmó por la pantalla: la nada. Así que le dijo a la mujer, que allí no había nada de nada. Era campo sin más. Sin embargo, la mujer insistió.
A través del retrovisor, Pedro vio que era una mujer madura, elegante, vestida totalmente de negro, sin joyas. No parecía una persona peligrosa, pero por si acaso, rozó con los dedos su pequeño revolver situado a la izquierda de su asiento y que tenía desde que, hace unos años le atracaron. Era intimidatorio, más que otra cosa y solo lo había usado en prácticas legales de tiro.
Sin embargo, la charla con ella fue agradable, le preguntó sobre su trabajo, su familia, sus inquietudes. En un momento determinado Pedro tuvo la impresión de que esa mujer, sabía demasiadas cosas de él, pues le hacía preguntas muy concretas.
Llegados al destino, la mujer le ofreció un billete de cincuenta euros y le dijo que se quedara el cambio. Y se bajó del taxi, pero Pedro no se quedó tranquilo y bajándose también del coche, le dijo,
-Oiga señora, verá… yo no me meto en sus asuntos, pero aquí no hay absolutamente nada y hace mucho frío, no me siento cómodo dejándola aquí.
-No se preocupe amigo, porque en realidad tengo una cita.
-¿Aquí? ¿En medio de la nada?
-Sí, es una cita especial…
Entonces Pedro pensó que pese a verla sobria, tal vez estuviera drogada o algo así.
-¿Quién querría venir aquí a estas horas? -preguntó Pedro- De verdad, yo le acerco de nuevo a la ciudad y no le cobro la carrera, ¿de acuerdo? La dejo donde me diga.
-Mi cita es con usted -respondió con vehemencia- Pero he cambiado de opinión. Es demasiado pronto, le aconsejo que me deje, es usted muy amable, váyase de una vez.
Pedro la miró totalmente confuso. Entonces súbitamente, la voz de la mujer se transformó y casi rugiendo le gritó,
-¡¡Váyase!! ¡¡váyase de una vez!! No entiende quién soy y que he venido a llevármelo, huya mientras pueda, lárguese de aquí, he cambiado de opinión, pero le advierto que soy muy voluble, ¡¡fuera!!
Pedro entró raudo en el coche y dio la vuelta veloz, hecho un manojo de nervios y acelerando a fondo. Notaba que el corazón se le salía por la garganta, mientras un sudor frío comenzaba a empaparle la camisa.
Quizás por ello, no vio la señal de Stop en el cruce de carreteras.
Justo en ese momento pasaba un camión de gran tonelaje. El impacto fue brutal. Pedro falleció en el acto.
Cuando aparecieron el 112 y la Guardia Civil, el camionero muy nervioso y en shock, solo alcanzó a decir que cuando bajó del camión escuchó una risa muy potente y grave, como si fuera un trueno, proveniente del campo.
Inmediatamente le sometieron al test de alcoholemia y drogas, pero dio negativo.
Imagen de Ray Shrewsberry • en Pixabay
Patricia dijo:
¡Qué bueno!👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
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Sabius dijo:
Gracias Patricia 🙋♂️ un abrazo
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Ana María Otero dijo:
Genial 👌
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Sabius dijo:
Gracias Ana ✨un abrazo
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Diana Lobos dijo:
Qué pasada. Muy muy bueno. 👏👏👏
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Sabius dijo:
Me alegra tu comentario. Un abrazo 🌹
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elrefugiodelasceta dijo:
Me ha recordado a «Conoces a Joe Black», una cita con la Señora… eso tiene que dar canguelo, como para salir escopetado y … Genial, como viene siendo costumbre.
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Sabius dijo:
Recuerdo la película y la llegada de la muerte en forma -creo- de Brad Pitt. Claro que da canguelo, ya te digo. Gracias por tu visita. Un abrazo.
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pemmerich dijo:
🤩 Interesante forma de prepararnos para la muerte. Cómo se presentará la elegante señora a un escritor? Le prometerá una cita con un editor en un rascacielos?
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Sabius dijo:
Pues no sería descartable. Si a un taxista le ha provocado un accidente, lo del rascacielos podría ser lógico jajaja. Gracias y un abrazo.
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Eva dijo:
Parece que ni la muerte puede evitar nuestro destino aunque se trate de la propia muerte.
He intuido de qué se trataba por la ausencia de joyas de la misteriosa pasajera, y es que la ausencia de cualquier adorno siempre fue uno de sus atributos.
Genial relato Sabius. Un abrazo y feliz semana.
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Sabius dijo:
No se donde leí que el destino es «un papiro en el que todo está escrito». Al final la señora cumplió su objetivo, pese a su arrepentimiento inicial. Cierto lo que dices porque la ausencia de joyas es una buena pista. Gracias como siempre Eva y un fuerte abrazo.
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Montse dijo:
¡Buenísimo e inquientante relato!
Me encantan tus narraciones macabras, las desarrollas con maestría, has sabido mantenerme el suspense a pesar de que había supuesto que esa misteriosa mujer era la muerte.
Muchos besos.
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Sabius dijo:
Gracias por tu opinión. Tengo que practicar relatos donde no haya tantos fiambres jajaja. Me alegra que te gusten mis historias. Me motivan estos comentarios. Un abrazo Montse.
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azurea20 dijo:
Buenísimo, como siempre.
Un abrazo, amigo Sabius.
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Sabius dijo:
Gracias por tu contundente comentario. Un abrazo.
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Montalleri dijo:
Contundente e inquietante relato. La señora le dio su oportunidad, pero la perdió. Más le valía haberla hecho caso y dejarla allí, en la nada. Muy buen texto. Un abrazo.
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Sabius dijo:
Pues si que le dio su oportunidad, pero el hombre no supo aprovecharla. Además ella ya le advirtió de que era muy voluble y ya ves como terminó la historia. Gracias amigo. Un abrazo.
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Lottomania dijo:
Cuando la «parca» te acecha no hay escapatoria…
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Sabius dijo:
Sin la menor duda. Un abrazo
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emilio gil unjubilado dijo:
Muy prudente la señora y con respecto al conocimiento de demasiadas cosas de el, en la actualidad no es improbable, ya que por poco que una persona se mueva por internet, incluso simplemente por disponer de un móvil o un altavoz inteligente, el conocimiento de sus hobbies, sus vivencias, sus aficiones y casi su vida y milagros a un experto en informática y con suficientes medios, es casi como una distracción o un pasatiempo.
Sinceramente no me esperaba el inicio del final y sin embargo el final no suponía como iba a producirse, pero lo intuía.
Me ha encantado el relato.
Abrazo.
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Sabius dijo:
Cierto que en estos tiempos no es difícil hacerse una idea de nuestros gustos, vida, trabajo, etc… a través de internet y no digamos de las RRSS. Pero imagino que la señora no necesitaría internet para saber de nuestras vidas, porque la supongo al corriente de todo. El taxista tuvo su pequeña oportunidad, pero no la aprovechó. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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julia2en1 dijo:
Cuando llega, no hay clemencia posible. Un abrazo
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Sabius dijo:
Y mira que le dio una oportunidad extra al taxista, pero ni por esas. Un abrazo.
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julia2en1 dijo:
Hay indirectas que no van directas😄🫂
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Sabius dijo:
Por supuesto 😂🤣😂
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Una mirada... dijo:
No es que doña Parca fuera voluble, como le aseguraba a su desgraciada victima, sino una soberbia trapacera y falsaria.
Un relato magnífico, por cierto, con unas buenas dosis de suspense que sirven de prólogo al estallido final.
Cordialidades.
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Sabius dijo:
Voluble o soberbia, hizo bien su papel aunque con alguna pequeña duda aparente, pero al final consiguió su objetivo con un poco de suspense. Una experta en la materia, sin duda… Un abrazo,
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barbaragarciacarpi dijo:
¡Tremendo y buenísimo! Qué final tan estupendo para una novela… Gracias, estimado Sabius.
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Sabius dijo:
Celebro que te haya gustado el texto. Gracias a ti Bárbara, por este comentario tan amable. Me anima mucho. Mi abrazo.
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marylia4 dijo:
Venía derechita la «señora» y el taxista no lo vio a pesar de su experiencia.
Magnífico, amigo. Gracias por compartir. Un abrazo.
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Sabius dijo:
El taxista tenía experiencia como conductor, incluso en el trato con sus pasajeros, pero en seguida notó que la señora era una pasajera muy especial, fuera de lo común. Y supuso su final. Un abrazo Marylia.
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bisílaba dijo:
Es que es buenísimo!!! Suspense de principio a fin y desenlace inesperado y sorprendente y desasosegante (¿se dirá así?)
Me sugiere la idea de que estamos predestinados sin remedio. Y de que el libre albedrío no hace sino dar alguna vuelta en lugar de ir en línea recta…
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Sabius dijo:
He mencionado en otro comentario que «el destino es un papiro en el que todo está ya escrito», es decir que estamos predestinados. Aunque es difícil de saber y aún más difícil de pronosticar. Me alegra que te haya gustado, incluso el final desasosegante. Un abrazo Bísilaba.
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La historia está en tu mente dijo:
Si es que cuando a uno le toca… por mucho que huya… qué yuyu…
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Sabius dijo:
Y mira que la «señora» le dijo que se marchara de allí, pero cuando llega la hora hay poco que hacer. Abrazo.
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